jueves, 12 de febrero de 2009

EL SURFISTA LOCO

Bastimentos, isla paradisiaca si las hay, se presentó cual versión panañena del Bronks. Múltiples hombres, mujeres, niños y niñas de negra dermis nos recibieron ejerciendo el ocio y la ingestión de bebidas suministradas por el dio baco. Éste encuentro llevará un post de desarrollo, ya que aquí en el Archipiélago Bocas del Toro vivimos cosas extraordinarias: Un viaje nocturno con luna llena en pleno mar Caribe (pregunten en su agencia de viajes cuánto le cobra por este servicio... y se abren las apuestas, en los comentarios pueden arriesgar, no habrá premios). Además un snorkling espectacular, una tormenta tropical y una suerte policial...


Lo primero es primero. Amanecimos en Bastimentos. La isla paradisíaca invitaba a encontrar playas de arenas blancas. Preguntamos. Clements sería el surfer, ya que en playa Winzard es una de las más famosas en la práctica de este deporte extremo.

Los intrépidos Andres y Clements, me hicieron envalentonar. Ellos tomaron la tabla (alquilada por el alemán, obvio) y se hicieron a la mar, describiendo increíbles figuras surferas. Subieron y bajaron. "Navegaron" dentro de las olas. Hicieron malvares. Y todas las mujeres suspiraron.


Las chicas los miraban, y cuando salieron los acosaron. El revuelo en la playa winzard fue mayúsculo. Las viejas ataban sus hijas a las palmeras. Los viejos enterraban a sus esposas para que no fueran corriendo a los brazos de los surfers argentino y alemán. Sólo algunas parejas "meleras" los ignoraron ya que estaban ejerciendo la etapa del enamoramiento extremo.


Y me decidí. Ya nada podía detenerme. Mi trenza hecha por mi ahijada Vero me daba el targget de Bahiano. Mi barba sin afeitar. Mi traje de baño adecuado. Mi temple. Mi panza no ayudaba mucho. Mis cachetes sólo un poco se disimulaban como naturales objetos de seguridad. Todo, todo todo estaba para destrozar corazones subido a una tabla de surf.


Tenía la técnica vista en ESPM. Los XGAMES, gravedad zero y MDQ habían resultado la inspiración absoluta.
Tomé la tabla. La coloqué bajo el brazo. Noté que el tamaño era el adecuado para mi naturaleza anatómica.
Y que la cera de vela estaba adecuadamente distribuída para evitar los deslizamientos de mis húmedos y pequeños pies. Amarré mi tobillo a la soga. Hice reverencias a la madre... que en la Tierra es la pacha mama y en las aguas es Stella Maris. Revisé mis enseres personales: anillo en dedo gordo, pulsera de la suerte, llave del hotel en bolsillo, calzoncillo con buen elástico... Todo listo.


Apunté la tabla al Este, directo. Me sumergí. Pecho hinchado adherido a la madera. Y comencé a sentir. Llegué a la línea de las olas. Allí estaba. El Caribe y yo. El mar y yo. El hombre y el mar. El destino y la suerte estaba echada. Me concentre con todos mis fantasmas y mis miedos. Les hice frente. Llegaba una ola adecuada. Invertí mi sentido. Sentí que la ola ascendía. Comenzó el braceo frenético. El barreneo comenzó. La velocidad aumentaba. Sentía la vida en mis manos. toda mi historia en mis pies. Y cual Quenu Reevs en "Punto límite"... Luego un agujero negro.

Un dolor en el pecho. Una trompada. Empecé a toser. Vi la cara de un guardavidas bastante oscuro que me preguntaba cosas incoherentes. Yo pensé que estaba enamorado de mi o algo así (en centroamérica se observan todas estas cosas). Que como me llamaba, cuántos dedos tenía alli, si era chileno o argentino y otras tonteras más.



Me incorporé y creí que el círculo de personas aglomeradas era para felicitarme. Pero todos empezaron a saludar al moreno. Se fueron vivándolo y yo quede sentado en la playa.

Clements me putió en alemán y revisaba la tabla porque estaba extrañamente rota (creí que la había mordido un tiburón). Andrés estaba blanco. Y hasta las chicas habían desaparecido.

1 comentario:

  1. Excelente relato, tan detallado que pude sentir el chicotazo del agua en la cara y escupí arena y agua salada.
    Un saludo desde La Rioja, tierra del sol y del vino.
    Chau, besos.
    Celia Elena Bustos
    Celia (no Ceci como me pusiste en otro blog) Elena(como la de Troya) y Bustos(por los bustos, bueno vos entendés, bueno así es mi apellido y qué)

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